Alex es un pequeño ratón muy inteligente, incluso a los pocos meses de nacer rápidamente aprendió a leer. La costumbre y los consejos de sus padres sobre su formación intelectual llenaban casi todas las horas de sus tardes. Un día se coló por la venta una pluma mágica. Ésta le propuso ir a jugar al bosque. Alex nunca había tenido amigos con los que planear una aventura. Su gran curiosidad ante tan divertida propuesta le llevó a renunciar a sus "deberes" por un día y se fue al bosque. Encontró la maravillosa sensación de ser él mismo. De hacer nuevos amigos. De ser libremente feliz.