Mixi llegó a Husmea una desapacible tarde de invierno. En aquellos días el aire estaba electrizado, porque todo se trastoca en Husmea cuando se extingue el último rayo de sol del último día del invierno. Cada año, al llegar ese momento, los gatos se arremolinan en torno al reloj de la comunidad esperando el tañer de las doce campanadas que señalan el inicio de la Noche del Marramiáu.
Mixi estaba dispuesto a vivir plenamente su primera Noche del Marramiáu. Sin embargo, iba a encontrarse con un asunto muy oscuro, un asunto que empezó cuando sintió que una mano huesuda tiraba de sus bigotes y lo arrastraba chimenea abajo.
Brujas, hechizos, tribus de gatos callejeros peleas, espías, huidas, bailes, susurros, carreras, transformaciones... amor... desamor... Husmea, paraíso para unos e infierno para otros, guarda estas cosas y muchas más, y Mixi habrá de sufrirlas casi todas.